Que es la propicepción?
Dentro de las capacidades físicas que
debemos desarrollar en nuestros entrenamientos, la propiocepción es
aquella a través de la cual el cuerpo es capaz de saber en todo momento
cual es la posición y el movimiento de los músculos y articulaciones.
Como su propio nombre indica, es la percepción propia o auto-percepción.
A través de esta capacidad, el organismo puede regular rango y
dirección de movimiento y reaccionar de forma automática a estímulos
externos.
A nivel deportivo, por ejemplo, es fundamental un correcto funcionamiento de este sistema,
dado que la demanda de coordinación intermuscular demandada es mayor
que en movimientos cotidianos. Esto no quiere decir que en un sujeto
físicamente no activo no necesite un nivel óptimo de propiocepción.
Sistema propioceptivo
A nivel del sistema nervioso, existen
un conjunto de receptores presentes en músculos, ligamentos y
articulaciones que detectan el grado tanto de tensión como de
estiramiento muscular y envían dicha información a la médula espinal y
al cerebro para que estos realicen los ajustes necesarios y de esta
forma el movimiento (o la ausencia de éste) sea el deseado.
Para entendernos, podemos decir que el
sistema propioceptivo funciona como un radar de navegación, donde el
cerebro solicita una información a los receptores y con la información
que obtiene realiza los correspondientes cambios de tensión muscular y
grado de movimiento articular.
Este sistema trabaja de forma involuntaria, con respuestas automáticas a las diferentes necesidades momentáneas del cuerpo.
Huso muscular:
Es el receptor encargado de ponderar el
grado de estiramiento muscular. Recoge la información sobre cuánto, en
que posición y cómo de rápido se ha estirado un músculo y la envía al
Sistema Nervioso Central. Esta información, es utilizada principalmente
para dos acciones: la inhibición de músculos antagonistas y la contracción de los músculos agonistas.
De esta forma, conseguimos una mayor economía de movimiento, ya que
eliminamos factores de resistencia. Este mismo mecansimo es utilizado
por ejemplo en técnicas de Facilitación Neuromuscular Propioceptiva
(PNF), en las que se utiliza la activación de un músculo para lograr el
estiramiento de su antagonista.
Sin embargo, cuando existe una
elongación muscular brusca, este mismo propioceptor es el encargado de
enviar la información, para la cual la respuesta será una rápida
contracción del mismo músculo.
Órganos Tendinosos de Golgi![Propiocepcion](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_sooPDwRSWLIIPjD-w1mVGyzr6oXG47ovNScymeUAVinvcy-RZNKKIVIqL193uq-dWNNg0cXAc67cAZ_wiW45W1gBv6gGBoI4oFSBfTzfimYvHVU3eSe_2eHwikRWTHKYn3xn2r90KF_w_3tugmc1iG5UJbpg=s0-d)
Están situados en los tendones y su
función es detectar no el grado de elongación sino el de contracción
muscular. Su respuesta, sin embargo, no es tan inmediata como la del
Huso y se necesitan en torno a 8 segundos de contracción para que se de una respuesta propioceptiva de relajación.
Este reflejo también es utilizado en PNF, donde se realiza una
contracción voluntaria del músculo durante un breve periodo de tiempo
para a continuación obtener un estiramiento mayor del mismo.
Receptores articulares
Son capaces de detectar el grado de movimiento y la posición de la articulación,
variables muy relacionadas también con el grado de tensión de la
musculatura implicada en el movimiento articular. Por tanto, el SNC
empleará dicha información también para “recomponer” la tensión de cada
músculo y de esta manera corregir la posición o bien realizar un
movimiento. En esta ocasión toman vital importancia los llamados
músculos estabilizadores profundos, ya que son los encargados de
“sujetar” la articulación.
También existen receptores
propioceptivos en la piel, los cuales proporcionan información
fundamental sobre la posición y el movimiento.
¿Por qué trabajar la propiocepción?
Visto cómo funciona el sistema propioceptivo, resulta evidente que un correcto funcionamiento de este sistema facilitará un correcto funcionamiento del sistema locomotor,
lo cual repercutirá positivamente en el rendimiento (sea deportivo o
como calidad de vida diaria) ya que economizaremos esfuerzos y ganaremos
eficiencia y también en la prevención de lesiones,
ya que un sistema propioceptivo eficaz evitará elongaciones y
contracturas bruscas, así como grados de movimiento no naturales
producidos de forma involuntaria (esguinces, distensiones…). También
influye de manera positiva en la coordinación.
Podemos entrenarla mediante ejercicios
específicos enfocados a la mejora de la respuesta a acciones
determinadas, por lo que a través de su mejora podremos mejorar la
fuerza, coordinación, equilibrio e incluso tiempos de reacción.
Propiocepción e inestabilidad
A pesar de lo que puede parecer y de la
amplia gama de herramientas para generar inestabilidad, no es
imprescindible contar con ellos, al menos en las primeras fases del
entrenamiento propioceptivo. Si deseamos trabajar esta capacidad,
existen múltiples ejercicios en los que se mejora tanto la coordinación
como la fuerza y la capacidad de reacción, además de contar con la
propia inestabilidad del cuerpo humano.
Por tanto, debemos recalcar de nuevo la importancia de la progresión,
al igual que en el entrenamiento del resto de capacidades. Debemos
adecuar la dificultad del ejercicio al individuo, hasta que éste consiga
adaptarse y por tanto adecuar nuevamente las cargas.
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